Como tantas otras ciudades del interior de Brasil, Arapiraca tuvo sus cines cerrados en la década de 1980, siguiendo el fenómeno de extinción de los cines de barrio en todo el país. Toda una generación de cinéfilos se formó conociendo películas a través de medios alternativos como los videoclubs e internet. Sin embargo, la ausencia de un circuito de exhibición no impidió la aparición de realizadores audiovisuales en el municipio, como es el caso de Leandro Alves y Wagno Godez, autores de películas premiadas en varios festivales nacionales. Las políticas de regionalización del gobierno federal, como la línea de Arreglos Regionales de la FSA, han hecho posible la inserción en la cadena de producción audiovisual de cineastas que viven en ciudades del interior. Así surgió Filmes de Bananola, una productora que nació de la voluntad de hacer cine en Arapiraca, hablando de Arapiraca y que busca producir el primer largometraje de ficción realizado en el interior de Alagoas. Esta productora contribuye con una parte importante a consolidar esta escena. Está coproduciendo Perpetual Motion, actualmente en fase de preproducción, y produciendo el telefilm Os Romeiros de Coutinho, ambos de Leandro Alves, que se realizarán en Arapiraca, y fueron aprobados en edictos públicos en asociación con Ancine, además del cortometraje Guia, de Tarcísio Ferreira, Nós duas, de Leandro Alves y Wéllima Kelly, y otros proyectos audiovisuales en colaboración con NAVI - Núcleo do Audiovisual de Arapiraca y la productora Arte Camaleão, como el Festival de Cine de Arapiraca y la Estação NAVI, que son cursos de formación audiovisual en el interior de Alagoas. Filmes de Bananola representa un paso esencial para representar el cine agrestino, hecho en el interior del Nordeste, construido a partir de la identidad de la cultura local. Y dentro de esta trayectoria, crear narrativas ficticias y fantásticas, mezclando y explorando la identidad local y las experiencias de nuestra vida cotidiana. Bando contribuye poderosamente a esta construcción.