HAKAN regresa a Brasil después de años de estudiar música en el extranjero, encontrando un país en el que la identidad racial está sistematizada por el Estado. El nuevo sistema de identificación no permite a Hakan registrarse como indígena sin una declaración de una comunidad que confirme su pertenencia a ella. Batucando con su familia y con el grupo de Maracatu con el que se reencuentra, Hakan percibe hasta qué punto a la gente que le rodea no le importa el tema de la identificación. Cuando la batuque se convierte en una fiesta y la policía interrumpe, llevándose su tambor sagrado, Hakan se ve obligado a registrarse para recuperarlo. Hakan descubre una comunidad en la ciudad que vende declaraciones como la que necesita elu. Incómodo con la comercialización de su identidad, Hakan viaja con su hermana JÉSSYCA al interior del sertão para investigar su ascendencia, mientras hablan de las diferencias en sus experiencias vitales a causa de su fenotipo. En la casa de su tía ROSA, Hakan experimenta las tradiciones indígenas aún presentes en la vida cotidiana de su familia, aunque ésta no se preocupe por las cuestiones de identificación. Rosa indica a Hakan las comunidades donde puede buscar la declaración, y Hakan continúa su investigación sin Jéssyca, que debe volver a la ciudad. En la comunidad de Kanindé, la negativa del cacique PEQUENA a hacer la declaración hace que Hakan se embarque en un viaje de recuerdos de momentos de su infancia en los que su aspecto era motivo de discriminación. Los recuerdos se convierten en una conexión con los ancestros y los encantados mientras Hakan fabrica un nuevo tambor con materiales que obtiene de la comunidad. Al adentrarse en la maleza, Hakan se enfrenta a la entidad Caipora que, exponiéndole sus miedos, le revela la multiplicidad de su identidad, que no puede ser encajada por las etiquetas ni por el Estado. Hakan construye su nuevo tambor y se pierde en una masa de gente que toca hasta el amanecer junto al mar.

Proyecto seleccionado en el BrLab Features 2022